viernes, 3 de noviembre de 2017

Los niños, niños son.

Esta mañana, mientras le preparaba el almuerzo a mi niña para ir al cole, como cualquier madre del mundo, mi hija me ha soltado de golpe:
Mamá, no me pongas esa botella de agua que es de bebés”
Explico; cuando hago la compra, yo le cojo a mi hija las botellitas que de normal ella me pide para ir al cole, pues cada niño lleva su agua y ella de normal me pide las que hay con dibujitos, esta semana ha tocado “La patrulla canina”y tan feliz se va al cole...
Pero hoy, al ponérsela me ha dicho que tienen que llevar botellas sin nada, porque su profesora de gimnasia en este caso, les ha dicho que ya no son bebés, que ya son mayores para esas cosas... Y yo me pregunto: ¿a los 6 años ya son mayores?
Si, son mayores para hacerse pipí en la cama, para ayudar a algunas tareas en casa, para leer, sumar y restar, etc, pero no olvidemos que siguen siendo niños.
Me mata que queramos que pierdan ya la inocencia tan pronto, que los hagamos adultos antes de hora y que no disfruten de el mágico momento que viven; ¿qué va a ser lo próximo?¿decirles que no existen los Reyes Magos? ¿O que ahora que es cuando les están cayendo los dientes de leche les digan que ni Ratoncito ni nada?
La vida en si ya es bastante dura y una vez acaba la infancia es larga larga, acabas por sufrir por todo, llorar porque empiezas a ser consciente de cosas que duelen, dejas de creer en la magia y el arco iris que llevamos en el interior se vuelve marrón... Pues todos sabemos lo duro que es el paso a la adolescencia y creo que es al darte cuenta de que todas las cosas “chachis” han sido en gran parte una mentira.
No me gusta que intentemos acabar con la infancia tan rápidamente, de hecho yo firmaría porque nunca se acabase, no me gusta que en las tiendas ya no podamos encontrar ropa de niños, que vendan zapatos de tacón para niñas que no han cumplido ni los cuatro años, no me gusta en definitiva que se hagan mayores antes de hora... no es justo, porque hay una frase muy famosa que lo dice bien claro:
No crezcas, es una trampa.

Y es que los niños... niños son.

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