martes, 5 de enero de 2016

2016 un año para recibir.

Ya hace cinco días que el 2016 llegó a nuestras vidas y todavía no me he sentado a escribir una lista de propósitos… Encima esta noche dicen que llegan los Reyes y yo no les he escrito la carta. Me temo que debo estar muy ocupada o en su defecto, lo contrario, DES-ocupada.
Pues si, desocupada sería la definición exacta, desocupada y despreocupada, así he iniciado el año, y falta que me hacía oiga.
Es algo que llevo queriendo hacer hace siglos, y ahora lo hago y sin darme ni cuenta, y me va mejor. Porque en 36 años que ya figuran en mi DNI, he estado ocupándome mucho y preocupándome más, de mucha de la gente que me rodea: familia, amigos, etc.… Y mientras lo hacía, me daba cuenta de que era algo que me causaba frustración, agobios, y vacio.
Querer unir a la familia, querer unir a los amigos, quedar en vernos, viajar para arriba, viajar para abajo, el “hoy quedamos”, el “no, no me viene bien”, “¿mejor la semana que viene?”… El preocuparse por caer bien a la gente, por ayudar si preguntas cualquier tontería por un grupo de whassap, el ofrecerte para hacer el detalle de fulanita o menganito y que los otros se desentiendan… ¡Chica! ¡Para el carro! Una cosa es ser buena y otra muy distinta es ser tonta…
Por que he llegado a la conclusión de que si a alguien le importas, te busca, y si te quieren ver, se mueven y si te echan de menos te llaman, y no, no tiene que ser siempre la misma en dar un pasito pa’alante, que a fin de cuentas ni yo me llamo María, ni esta es la canción de Ricky Martín.
Pasé la noche vieja en familia, porque ninguno de mis amigos me dijo de quedar para ir a ningún sitio, paso los fines de semana con mi marido y mi hija, porque nadie llama para ir al cine, tomar café o cenar, no tengo reuniones navideñas con la familia, (tíos, primos, etc…) porque nadie dice que nos veamos, y si lo dicen, conmigo no se cuenta. Si quiero ver a alguien o juntarme con alguien soy yo la que cojo el teléfono, la que envió whassap o mensajes… y pienso, si nadie se acuerda de mí… ¿por qué debo hacerlo yo?
Pues eso, desocupada y despreocupada, así empiezo este 2016, con ese “propósito”, porque si realmente nadie cuenta conmigo, igual es porque no les apetece, soy rara o no caigo bien, pero yo desde luego ya no voy a dar más mi brazo a torcer, porque hay gente que si merecen mi atención, hay gente que si quiere estar conmigo, hay gente con la que siempre puedes contar, y sin llamarles, ni suplicarles siempre están ahí, da igual que yo sea un poco rara, no caiga bien o incluso algo acelga.
Disfrutad de la vida con salud, eso es lo más importante, y no calentarse tanto la cabeza como lo he ido haciendo yo año tras año… Desocuparos y despreocuparos de esto y os prometo que todo marchará mejor. 2016 va a ser un año para recibir un poco más y dejar de dar un poco menos.
Salud.


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