Sé que sabéis que soy una persona
melodramática… lo soy, aunque también reconozco que ahora bastante menos que
antes, pero hay cosas que me llegan al alma y que pese a que yo quiera ser una
persona “abierta de mente”, entender ciertas cosas y tolerante, hay cosas que
no puedo soportar, comprender, ni tolerar.
Últimamente es que me da por
pensar en que la muerte está sobrevalorada, y yo no logro entender ese tipo de
conducta. No hablo solamente de la muerte de las personas, que también, hablo
de todo tipo de muerte en general.
Yo, que hasta mañana, he sido –y seré-
una paranoica de pensar que nos queda un día menos, que me da miedo saber lo
que hay “al otro lado” (realmente porque creo que no hay nada), que tiemblo de
pensar que mis mayores se irán apagando poco a poco, que perderemos amigos,
seres queridos y demás, hasta que nos toque a nosotros. No entiendo la
naturalidad que se la da hoy en día a la muerte, al matar, a los accidentes de
tráfico, a la violencia de género, a la cacería ilegal (o legal, todo sea
dicho), a los festejos en los que se emplean animales para llevarlos hasta la
muerte… no la entiendo.
Quizás todavía no hayáis perdido
a algún ser querido cercano, o a una mascota, pero es un trago muy muy difícil de
sobrellevar al menos para mí. No entiendo a esa gente que habla de gente que ya
no está y no se emociona, no entiendo los noticiarios como hablan de muertes a
centenares cada día y pasan a otra cosa como lo más normal del mundo, no
entiendo que la gente no se dé cuenta de que cuando una persona fallece, por
desgracia, no la volveremos a ver nunca más, que cuando alguien se quita la
vida, de normal es porque está enfermo y no porque es el camino más fácil que
había y lo ha elegido sin más… Lo siento, no entiendo como el mundo se está
quedando sin sentimientos, porque para mi ese es el verdadero problema del
planeta hoy en día y de la humanidad… NOS ESTAMOS QUEDANDO SIN
SENTIMIENTOS. Y sin sentimientos nunca
cuidaremos nada, empezando por nuestro hogar, que es este planeta en el que
vivimos y al que no le damos la mínima importancia, y acabando por esos seres
vivos que nos rodean, ángeles de cuatro patas, que como hoy leo en la prensa,
por poner un ejemplo, entierran vivos.
Soy melodramática, lo sé, pero
realista también.
Besos. .
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