¿Alguna vez os habéis preguntado
cual será la razón de la destrucción del ser humano en la Tierra?
Quizá penséis: Ya está aquí la
chiflada con sus pensamientos raros. Cierto, ya estoy aquí, con pensamientos
existenciales que quizá todo el mundo se debería hacer de vez en cuando… ¿O es
qué pensáis que somos tan afortunados que siempre estaremos aquí? (y ya no me
refiero a nosotros, me refiero a la raza humana). Si alguna vez los dinosaurios
poblaron la tierra y desaparecieron… ¿quién os dice que la humanidad seguirá
aquí por los siglos de los siglos?
Muchas personas creen que habrá
una pandemia y nos iremos todos al “carajo”, otros dicen que será un ataque
zombie (dejad que tenga mis dudas sobre estas teorías), y yo, yo opino que lo
que nos destruirá será el calor.
¿El calor? Os estaréis
preguntando… y yo os responderé: el calor.
Está demostrado que con el calor –y
yo ya casi apuntaría a que agosto es el peor mes ya de todos, cuando ya hemos
aguantado calor en mayo, junio y julio- las muertes violentas, sobre todo de
violencia machista se disparan, diría incluso que los suicidios se disparan,
aunque esto ultimo lo tendría que constatar, y que pasan cosas que la gente se
vuelve… loca.
Ayer sin ir más lejos, vi a una
pareja a más de 120 km/h por la autovía, pegándose puñetazos dentro de un
coche. Así, como lo leéis. Veo y leo día si día también, como con la llegada
del calor, se maltratan más animales que de costumbre, nos llegan casos tan
penosos como el recientemente ocurrido de las chicas de Cuenca asesinadas vilmente
por un tipejo, familias que olvidan a sus bebés o mascotas dentro de coches a
50º de temperatura llevándolos hasta la muerte, padres que dejan que mueran sus
hijas ahogadas porque si las toca un socorrista perderán su honor… Y así podría
estar numerando sin parar cosas que no me sacan de mi asombro.
El calor nos afecta a los seres
humanos, muchísimo, y creo que el calor va a ser nuestra perdición, y mira que
yo adoro el verano, pero que ganas de que llegue el otoño y ver si esto se
relaja, porque veo que caemos en picado y desvariamos cada vez más y nadie hace
nada por evitarlo.