martes, 17 de noviembre de 2015

No quiero tener miedo.

Llevo unos días de muy mal humor, de esos que por pocas cosquillas que me hagas empiezo a escupir sapos y culebras por la boca. Me asusto con nada, ayer sin ir más lejos mi hija me quiso hacer la gracia y se levantó sin que me diera cuenta, cogiéndome por detrás y gritando: ¡uh! Y del salto que di casi se va para atrás, me contuve, es una niña, pero en ese momento me acordé de toda su familia, que por ende es la mía.
De tarde, ya sin la luz del sol, fui a comprar con ella, pasó un quad de esos por la avenida, que hacen más ruido que una mascletà en fallas, y del estruendo que hacía, yo estaba más asustada que un globo en un vivero de cactus –perdonar la gracia, intento no perder el mal humor a la fuerza, aunque me cuesta- y de repente, ante tal ruidera, un extranjero, y subrayaré que no era musulmán, se puso a gritar en un idioma que no entendí, dado su estado de embriaguez ¿sabéis lo que sentí? Pánico, ese pánico que desde el viernes quieren que sintamos la humanidad… Si, conmigo lo habéis conseguido.
Aclarar que sé muy poco del tema, soy bastante inculta y reconozco no haberme informado lo suficiente, solo daré opinión como persona de a pie, que lo único que quiere es vivir en paz y disfrutar de mi día a día como quisiera que todo el mundo lo hiciera. Yo no soy quien para tachar ni juzgar de quienes son los buenos y quienes los malos, pues creo que ninguno es ni santo ni demonio, aquí quien más y quien menos tiene su culpa. Lo que si soy es una hipócrita, una pava que cuando pasa esto en el país galo, se asusta de que estén tan cerca y de que nos puede pasar a nosotros, cuando por ignorancia, desconocimiento o falta de interés, no soy capaz de ver que está pasando lo mismo, con muchas más víctimas, día si día también en Siria…
Os diré que para mí, todos son culpables, los terroristas que se inmolan matando a personas inocentes en nombre de un Dios que se echaría las manos a la cabeza si viese tal barbarie, y esos países que los tildan de asesinos, que bombardean sus ciudades, cuando son ellos mismos los que les están vendiendo las armas. Porque pobres franceses muertos, pobres gentes de nacionalidades diversas que estabais allí, vosotros sin culpa ninguna os encontrasteis un macabro destino, mientras vuestro presidente huía protegido dejándoos a la merced de cuatro fanáticos que con bombas y metralletas creían que matando conseguirían algo más que meter miedo. Pero pobres sirios, que cada día viven bombardeos, victimas de vivir en un sitio donde unos terroristas se han confinado, y ven morir a sus hijos, maridos, mujeres, y familiares… ¿ellos son de otra categoría a la nuestra por ser musulmanes?¿juegan a caso en segunda división?¿o es que como nos pilla más lejos no nos apetece mirar para allá? Porque yo os digo algo, al igual que españoles buenos, hay otros que no los son, y al igual que musulmanes terroristas, los hay –la mayoría- que no lo son.
Me he dado cuenta que no estoy de mal humor, lo que estoy es acojonada, triste, enrabiada, porque me gustaría que estoy no fuese así, preferiría que los cuatro que se quieren hinchar a pegar tiros o tirar bombas se encerrasen en un circulo y que entre ellos solucionaran sus problemas del modo que lo vieran más conveniente y dejaran al resto vivir. Me gustaría que la televisión no informara a medias y que no juzgáramos antes de pensar, me gustaría saber que poder decirle a mi hija de cuatro años que me pregunta porque el mes que viene ya no podemos ir a Disney Paris cuando le digo que ha ocurrido un accidente… Me gustaría que la gente se diese cuenta de una puta vez que aquí todos somos iguales y que venimos para cuatro días y lo mejor es pasarlos en armonía, disfrutarlos y no amargarse con estas cosas, me gustaría que tuviéramos cojones de salir todos a la calle y levantáramos la voz contra esta mierda y no miráramos a otro lado y encogiéndonos de hombros nos preguntáramos: ¿Es que acaso puedo hacer yo algo? Quiero que hayan fechas para señalar en el calendario por motivos de alegría, y no quiero que hayan más 11-S, 11-M, 13-N para mirar hacía bajo y llorar.
No quiero tener miedo.

 

martes, 3 de noviembre de 2015

La enfermedad del querer.



En la vida, todo en exceso es perjudicial, eso lo sabe hasta el más tonto…
Si bebes mucho, mal, si fumas, peor, si haces demasiado deporte, tampoco es bueno, si comes demasiado… ay, ay, ay. Vamos, que en exceso todo es malo malísimo, cualquier cosa, pero… ¿es malo querer demasiado?
Os lo pregunto porque yo creo que tengo ese mal, un mal al que he llamado: “la enfermedad del querer”, y tú dirás… “Pues qué bonito, joder. Si querer no puede ser malo”. Lo es amigo mío que lees estas palabras. Lo es porque la enfermedad del querer es querer sin control, querer a gente que ya no está a tu lado y que ya no te quieren a ti, querer a la gente que pasó un día y se fue sin mirar atrás, querer en exceso también es malo.
Y es que yo quiero a aquellos chavales que me acompañaron en el instituto y de los que sé gracias a redes sociales, quiero a primas que se avergüenza de sus familia y que hace años que no tengo  trato y me bloquean por el face para que no vea lo que pone o deja de poner, quiero al chaval del que me enamoré con quince años sentada de en un portal, quiero a todo aquel con el que viví algún precioso recuerdo, quiero incluso al pueblo en el que nací y en el que viví hasta los 26 años y en el que nadie se acuerda de mi…
¿Qué queréis que os diga? Esto de encariñarse tanto con las personas, cosas o lugares no puede ser tampoco tan bueno, no, porque tú quieres y lo malo es que esperas que te quieran por igual, pero el tiempo pasa y los “quereres” se apagan, yo tengo un defecto, y es que quiero y archivo ese querer…

¿Pero sabéis una cosa? Prefiero querer mil veces a ser una de esas personas de mundo que hacen daño, que odian, que olvidan… 

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Cuestión de peso

Me he criado en una casa en la que una madre me ha sacado adelante sola con el sudor de su frente, educándome de la mejor forma que ha sabido y creo, que no lo ha hecho nada mal… Ser madre es una cosa que te pasa en  la vida y es tan maravillosa… Pero ahora que soy madre, sé que no es fácil, no hay libro de instrucciones y en muchas cosas nos vamos a equivocar, y en otras desde luego lo haremos perfecto, pero de lo que no hay duda es de que siempre haremos las cosas como mejor sepamos por nuestros hijos.
Ya os he dicho, de que creo que mi madre lo ha hecho lo mejor que ha podido y doy fe de que ha sido la mejor madre que me ha podido tocar en esta tómbola de la vida, y que por nada ni nadie la cambiaría, pues estoy infinitamente agradecida a ella y para mí es un gran referente en mi vida. Pero también ha habido cosas no tan buenas…
Y es que desde que tengo uso de razón, siempre ha estado diciendo delante de mi eso de: “Qué gorda estoy”, como si estar gorda fuera algo horrible, una peste, algo horroroso… y el crecer así, me ha condicionado hasta extremos insospechados. Extremos en no querer hacerme a la idea de que mi cuerpo a los 35 años no es el que era a los 16, no querer hacerme fotos, no querer comprarme ropa, no aceptar la realidad y enfadarme por ser incapaz de adelgazar, de ponerme a hacer deporte, de tener la fuerza de voluntad necesaria para no comerme un trozo de chocolate, unas palomitas de maíz o de picotear en un cumpleaños. Para la gente que me rodea he sido un autentico suplicio, sobretodo para mi marido…
Pero el otro día, en una charla con mi madre, en la que de nuevo salió el tema al decirme que estoy “más hinchada”, exploté. En primer lugar, no quiero que mi hija siga el ejemplo que yo seguí con mi madre de pasarme el día frente al espejo llorando lo gorda que estoy y que ella lo absorba como una esponja que con 4 años es. Y en segundo lugar, porque antes de llegar al verano pasado, me propuse hacer una dieta en la que perdí 7 kilos y ¿Sabéis qué? No fui más feliz, ni cambió nada de alrededor.
Es verdad que me veía mejor con la ropa, pero por otra parte, eso tampoco es algo excepcional, mi marido seguía conmigo de la misma forma que antes de adelgazar, no me salieron más amigos por estar delgada, ni cambió mi personalidad, ni si quiera los hombres me miraban más por la calle –cabe decir que no me miran de todos modos-, seguí igual que siempre, ni gané ni perdí salud porque mi sobre preso no es excesivo, y para más inri… Si fui un poco más infeliz, porque ni podía comerme un trozo de pastel, ni un helado ni nada de nada.
Yo soy así, quien me quiere bien y quien no… ¿os acompaño a la puerta? Lo que si que sé es que quien se debe de querer es uno mismo, querer y aceptar, porque no todos somos iguales y en el gusto está la variedad.

Besos.

lunes, 17 de agosto de 2015

El fin del mundo....

¿Alguna vez os habéis preguntado cual será la razón de la destrucción del ser humano en la Tierra?
Quizá penséis: Ya está aquí la chiflada con sus pensamientos raros. Cierto, ya estoy aquí, con pensamientos existenciales que quizá todo el mundo se debería hacer de vez en cuando… ¿O es qué pensáis que somos tan afortunados que siempre estaremos aquí? (y ya no me refiero a nosotros, me refiero a la raza humana). Si alguna vez los dinosaurios poblaron la tierra y desaparecieron… ¿quién os dice que la humanidad seguirá aquí por los siglos de los siglos?
Muchas personas creen que habrá una pandemia y nos iremos todos al “carajo”, otros dicen que será un ataque zombie (dejad que tenga mis dudas sobre estas teorías), y yo, yo opino que lo que nos destruirá será el calor.
¿El calor? Os estaréis preguntando… y yo os responderé: el calor.
Está demostrado que con el calor –y yo ya casi apuntaría a que agosto es el peor mes ya de todos, cuando ya hemos aguantado calor en mayo, junio y julio- las muertes violentas, sobre todo de violencia machista se disparan, diría incluso que los suicidios se disparan, aunque esto ultimo lo tendría que constatar, y que pasan cosas que la gente se vuelve… loca.
Ayer sin ir más lejos, vi a una pareja a más de 120 km/h por la autovía, pegándose puñetazos dentro de un coche. Así, como lo leéis. Veo y leo día si día también, como con la llegada del calor, se maltratan más animales que de costumbre, nos llegan casos tan penosos como el recientemente ocurrido de las chicas de Cuenca asesinadas vilmente por un tipejo, familias que olvidan a sus bebés o mascotas dentro de coches a 50º de temperatura llevándolos hasta la muerte, padres que dejan que mueran sus hijas ahogadas porque si las toca un socorrista perderán su honor… Y así podría estar numerando sin parar cosas que no me sacan de mi asombro.

El calor nos afecta a los seres humanos, muchísimo, y creo que el calor va a ser nuestra perdición, y mira que yo adoro el verano, pero que ganas de que llegue el otoño y ver si esto se relaja, porque veo que caemos en picado y desvariamos cada vez más y nadie hace nada por evitarlo.

jueves, 6 de agosto de 2015

Sin sentimientos

Sé que sabéis que soy una persona melodramática… lo soy, aunque también reconozco que ahora bastante menos que antes, pero hay cosas que me llegan al alma y que pese a que yo quiera ser una persona “abierta de mente”, entender ciertas cosas y tolerante, hay cosas que no puedo soportar, comprender, ni tolerar.
Últimamente es que me da por pensar en que la muerte está sobrevalorada, y yo no logro entender ese tipo de conducta. No hablo solamente de la muerte de las personas, que también, hablo de todo tipo de muerte en general.
Yo, que hasta mañana, he sido –y seré- una paranoica de pensar que nos queda un día menos, que me da miedo saber lo que hay “al otro lado” (realmente porque creo que no hay nada), que tiemblo de pensar que mis mayores se irán apagando poco a poco, que perderemos amigos, seres queridos y demás, hasta que nos toque a nosotros. No entiendo la naturalidad que se la da hoy en día a la muerte, al matar, a los accidentes de tráfico, a la violencia de género, a la cacería ilegal (o legal, todo sea dicho), a los festejos en los que se emplean animales para llevarlos hasta la muerte… no la entiendo.
Quizás todavía no hayáis perdido a algún ser querido cercano, o a una mascota, pero es un trago muy muy difícil de sobrellevar al menos para mí. No entiendo a esa gente que habla de gente que ya no está y no se emociona, no entiendo los noticiarios como hablan de muertes a centenares cada día y pasan a otra cosa como lo más normal del mundo, no entiendo que la gente no se dé cuenta de que cuando una persona fallece, por desgracia, no la volveremos a ver nunca más, que cuando alguien se quita la vida, de normal es porque está enfermo y no porque es el camino más fácil que había y lo ha elegido sin más… Lo siento, no entiendo como el mundo se está quedando sin sentimientos, porque para mi ese es el verdadero problema del planeta hoy en día y de la humanidad… NOS ESTAMOS QUEDANDO SIN SENTIMIENTOS.  Y sin sentimientos nunca cuidaremos nada, empezando por nuestro hogar, que es este planeta en el que vivimos y al que no le damos la mínima importancia, y acabando por esos seres vivos que nos rodean, ángeles de cuatro patas, que como hoy leo en la prensa, por poner un ejemplo, entierran vivos.
Soy melodramática, lo sé, pero realista también.

Besos. .

lunes, 13 de julio de 2015

No os guardéis nada.

No sé si seréis conscientes de lo rápido que se nos escapa el tiempo entre los dedos. Yo cada día que pasa lo soy más, sobretodo si estás rodeado/a de niños, sean hijos, sobrinos… Es increíble, no hace apenas nada que nacieron y ya se van haciendo mayores a pasos agigantados, y así, viéndolos a ellos crecer, crecemos nosotros también. Y un día, miras tu año de nacimiento en el DNI y parece que te entra un poco el vértigo, o te pasa como a mi, que no sabes si ya son 35, 34 o 36 primaveras las que llevas a las espaldas. Y miras a tus padres y te das cuenta que tienen la edad que tenían tus abuelos cuando los mirabas de pequeño… Y es que esto es así, nos pasábamos el tiempo deseando que llegaran los 18 para poder hacer lo que nos viniera en gana, y cuanto desearíamos refrenar un poco ahora el tiempo…
Y no quiero hablaros de lo mayores que nos hacemos, quiero hablaros de que el tiempo pasa tan rápido, que igual, el día que menos te lo esperas, te quedas con algo dentro y que deberías haber dicho hace mucho tiempo. Y si no me entendéis, si no sabéis a lo que me refiero, os explico, que es sencillo:
¿Te cae bien esa chica con la que coincides en la parada del bus y con la que tan solo compartes un “buenos días”?
¿Le dirías a tu madre lo mucho que la quieres y la admiras y lo dejas para luego o se te pasa o simplemente te da corte?
¿Hace tiempo que no sabes algo de una persona de tu pasado y la sigues recordando con mucho cariño pero te da apuro decirlo?
¿Le darías un abrazo a tu  hijo/a, sobrino/a?
¿Le has dicho a tu pareja hoy lo guapo/a que está, lo mucho que lo amas?
¿te has declarado ya a ese amor “imposible?¿le has dicho a esa persona que vives enamorado de el/ella en silencio?
¿Has confesado a ese amigo/a que estás un poco molesto por una actitud que tuvo hacía ti?

No os guardéis nada, decir todo aquello que penséis a esa gente que os rodea, no dejéis que algún día sea demasiado tarde para pensar: Que hubiera pasado si le hubiese dicho a…  La vida es muy corta, pasamos cosas importantes por alto y en ocasiones es tarde para volver el tiempo atrás.


No os guardéis nada.

lunes, 6 de julio de 2015

Los reencuentros.

Cuando hace años que no ves a personas que un día formaron parte de tu vida, llega un día que alguien propone un reencuentro y entonces un engranaje empieza a girar…
Los reencuentros no siempre son alegría, pero tampoco tienen porque ser penas. La cabeza empieza a darte vueltas pensando cosas tipo: ¿Y qué pasará cuando vea a… X? ¿Recordará Y lo que pasó entre nosotros y por qué nos dejamos de hablar? ¿Se habrá casado Z y tendrá hijos? ¿Seguirá igual de gracioso/a, simpático/a, guapo/a…?
En principio todo es euforia, alegría, vas a ver a gente de tu pasado con la que compartiste risas, penas, lloros pero luego piensas en que si, a día de hoy ya no forman parte de tu día a día, es por algo…
Yo tuve hace dos días un reencuentro con mis amigos de juventud, amigos a los que no veía desde hace 15 años (a algunos), otros con los que sigo a día de hoy teniendo relación y otros, que eran amigos de mis amigos y nunca fueron amigos míos.
En mi cabeza habían miles de dudas como las planteadas anteriormente, aparte estaba la alegría que me embargaba por volver a verlos a todos ellos, el nerviosismo que estoy segura que todos sentían. Y de repente, llega el momento, y los ves y piensas:¡¡Si todo sigue igual!! Algunos te dicen: “Ahí que ver lo que has cambiado”. Notas que te miran como investigando los cambios, pero tu haces igual. Y de repente… la euforia del principio, parece que entra en coma, una vez te pones más o menos al día, todo se silencia y sabes, que realmente esas personas ya no son tus amigos, son desconocidos con recuerdos en común, porque los años pasan y como muy bien alguien dijo en esa cena: Las relaciones son como las plantas, y si no se riegan…
Fue un bonito momento reencontrarte con esa gente, personalmente debo añadir que recordé momentos que no recordaba al ver alguna que otra cara, que sentí cosas que no sentía desde aquellos días, que hubo gente que me sorprendió y muy gratamente, que hubo gente que no me sorprendió nada, que hubieron personas con las que hablé más aquella noche que en toda mi vida, que me vinieron preguntas tipo… ¿y si entonces hubiera pasado esto o aquello? Por que no hay que olvidar, que cuando te reencuentras con tus amigos de juventud, seguramente te reencontrarás con un amor de juventud o con algunos amigos que en su día tuvieron una historia entre ellos y hoy sus caminos van en direcciones separadas.
Fue un reencuentro extraño, un reencuentro anecdótico, pero que me hace pensar…
¿Quizás puede que haya más?


Feliz semana.

viernes, 3 de julio de 2015

Amores no correspondidos

Hay veces que, sin quererlo te enteras de historias. Historias que viven personas que conocemos y que nunca creeríamos que llevan a sus espaldas una carga pesada que por dentro les paraliza, les atormenta o les angustia…
Ayer me llegó una historia de un amor no correspondido. Si bien es cierto que hay problemas mucho más serios, yo entiendo también de amores no correspondidos y sé lo mucho que duele… Sobretodo si pasan los años y no eres capaz de avanzar, olvidar y pasar página, y ese amor en vez de menguar va creciendo y creciendo en tu interior.
Hay muchas cosas en la vida que no son fáciles, a cada persona de este mundo le ha tocado vivir alguna, y todo he de decirlo, la sociedad y el mundo en el que nos movemos tampoco nos lo ha pintado tal y como es.
Podríamos tener una vida más “fácil” si en las películas (por poner un ejemplo) no nos llenaran de estereotipos falsos. Pues en ocasiones –muchas-, la princesa no se queda con su príncipe, o el príncipe es incapaz de enamorarse del patito feo. Y es que en las películas todo es más fácil: chico se enamora de chica y chica de chico. Conclusión: Final feliz. Pues no, no siempre es así, y para ser realista, muy pocas veces ocurre, pues todos en esta vida hemos sufrido de un amor no correspondido y si no es así, siéntete afortunado/a.
Yo misma, durante años viví un amor no correspondido que me hizo mucho daño, consciente o inconscientemente  por la otra persona. Pues me enamoré como una “perra” hablando vulgarmente, y el tipo en cuestión, tonteaba conmigo, me daba falsas esperanzas, me buscaba inclusive… pero no quería ir más allá de una relación de “folla amigos” , sabiendo que yo lo amaba con locura. Fue un episodio muy largo en mi vida y me costó muchísimo pasar página, y para ser sincera, a veces, incluso ahora, casada como estoy y con una niña, todavía lo recuerdo. Aunque ahora soy consciente de que aquello fue una relación tóxica, te enganchas de una persona y…
La historia que me llegó ayer aún creo que es más dura, porque se trata de un amor de adolescencia en el que X se enamora de Z y el tiempo va pasando y X sigue enamorado aún sabiendo que Z no se enamorará de X. Lo malo que X, consciente de ello, sigue con su vida pero siempre con Y en su pensamiento. Y digo lo malo, porque mientras tú piensas en una persona que nunca vas a tener, lo que tiendes a hacer es idealizarlo, imaginarte una vida con él que realmente no sería la verdadera.

Esto debería ser más fácil, la verdad, como en las películas, si tu me quieres yo te quiero y si yo te quiero tu me quieres. Porque igual Y no se fija en X por su físico, por el que dirán, porque no hay química, pero se está perdiendo un amor realmente sincero, un amor que nadie sentirá por su persona como X, porque estoy segura que nadie lo amará de esa forma…

martes, 31 de marzo de 2015

Cosas de la primavera.

Bueno… pues ya llegó la primavera, y con ella el “caloret” el de fallas no, desde luego, este ha llegado más tardío, el “caloret” de la semana Santa lo llamaremos, pero “caloret” a fin y al cabo. Y con la primavera de paso el cambio de hora, la polinización, las alergias, la alegría de la huerta oiga…
A todos menos a servidora, que le da por los picores, de ojos, de cara, de cuello, de granos, de alergias, de sueño y ¿cómo no? De esa rara tristeza que llega con los cambios… ¡¡Tengo el pack completo!! ¡¡Marchando una de quejidos varios, que llegó la dolorosa Señores!!
Y es que a mí, la primavera me afecta, la sangre se me altera, y a varios niveles por lo que veo porque mi cara comienza a parecer una paella de granos que pican como si no hubiera mañana por algún tipo de alergia desconocida que no se sabe de donde viene, me salen habones en la piel y me cambia el humor hasta que le pillo el truquillo a este cambio.
Sin más, os diré que ayer, apagué las noticias tan solo acabar los titulares, y es que o la apago o salimos de mi casa en canoa y esto parece la nueva Venecia, pero me pongo sensible modo: AL MÁXIMO. Y me afecta todo todito todo, así que cuidado con llamarme tonta el culo que en un momento dado os monto la fuente de los doce caños aquí en vivo y en directo con agua salada vertiendo de mis ojos.
Si es que o me lo cojo con humor o me pego un tiro, menos mal que una ya se va conociendo y poco a poco creo que esto se irá pasando, como en anteriores ocasiones. Paciencia para los que me rodean que son los que me tienen que aguantar, cuando yo misma no puedo ni conmigo. Y es que la primavera me pone paranoica, como dice mi querido esposo, que ya no se sorprende de nada.
Y tranquilos, que ahora lo único que me ha dado por pensar, es que no me siento querida, no por mi marido, sino por la gente de alrededor, pero vamos, que otras veces me da porque me siento sola, otras porque caigo mal a la gente y ahora… pues eso, porque no me quieren. Y si, ya tengo frase para auto-motivarme yo sola, hasta que esta tontería se vaya por donde vino, y de paso os la comparto por si hubiera otro “bicho raro” en el planeta que se siente como yo (cosa que dudo seriamente, pero en fin…).
Solo porque alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ame con todo su ser.

Vamos que quien no se consuela es porque no quiere y aquí una, ya se sabe hasta consolar sola… ea, ea, ea… y que pase ya este loco principio de primavera.

Besitos.

lunes, 23 de marzo de 2015

Buscando en mi baúl de los recuerdos...

No sé que día mi mente decidió dejar de guardar recuerdos, malos y buenos, me di cuenta hace bastante tiempo, pero no sé cuando ella tomó la decisión por cuenta propia.
El no guardar recuerdos no es bueno, aunque borres las cosas malas que hayan ocurrido, pero también borras las buenas y no recordar cosas vividas es muy triste.
Fue hace tiempo, en reuniones familiares, en las que se cuentan vivencias, cuando todos cuentan anécdotas en las que tu estabas presente y no recuerdas nada, luego me di cuenta que en las reuniones con amigos también me ocurría y de repente, tiempo detrás, me llegaban fotos en las que yo aparecía pero no recordaba –y sigo sin recordar- nada de aquellos momentos.
El médico no le da importancia, pero tengo 35 años y es triste no poder recordar cosas… Creo que mi mente lo hizo conscientemente por bloquear todo lo malo ocurrido en mi infancia, adolescencia y después… como mecanismo de defensa, pero no me parece bien.
Tiene su punto bueno, está claro, porque tampoco recuerdo malos momentos, pero claro, que si Menganito me la juega, yo lo perdono porque no recuerdo que es lo que me ha llevado a estar enfadada con él como una mona.

Así que he decidido escribir un diario, escribir en él mí día a día con el fin de poder recordar cada cosa que me ocurre, cada cosa que siento, cada cosa que vivo. Porque no quiero tener una vida como un libro en blanco, quiero tener mis recuerdos y si puede ser, que en ellos estés TÚ…

jueves, 12 de marzo de 2015

Cosas que me preocupan.



Todos tenemos cosas que nos preocupan. Nos preocupa estar bien y que los nuestros lo estén, que gocen de salud y llevar una vida tranquila, nos preocupa quedarnos sin trabajo, no llegar a fin de mes, nos preocupa la educación de nuestros hijos… Preocupaciones tiene todo el mundo. Pero también es verdad que muchos nos preocupamos solo de eso que abarca nuestro entorno, el resto ya se apañará. ¿O no?
Muy poca gente se preocupa de lo que le pasa al vecino, de lo que pasa en la ciudad de al lado, imaginaros ya de lo que pasa en otros países. Pensamos: “En que no nos salpique a nosotros…” Y a mí, eso si me preocupa, me preocupa el egoísmo de la gente, el que tan solo miremos nuestro ombligo, el no ser educados, respetuosos, solidarios…
Esta semana,  he vivido varias situaciones involucradas con el racismo, y me paro a pensar lo mal que lo pasará las personas de otras razas que viven en nuestro país y tienen que aguantar día si y día también insultos, menosprecios, etc. Yo, como ya he dicho, he tenido un par de situaciones y ya me he agobiado, no quiero imaginar ellos lo mal que lo estarán pasando día tras día.
La mayoría de emigrantes que hay en nuestro país, ha venido para buscar una vida mejor, trabajar, mandar dinero a sus familiares, intentar conseguir cosas que por desgracia en su país no hay, y han dejado allí a sus seres queridos, que se nos olvida que aunque sean negros, amarillos o del color que sean, también tienen sentimientos, corazón y alma. Se han embarcado en una aventura no demasiado “cómoda” en las que tienen que vivir situaciones que deben ser infernales como: “Esa ha venido para cazar a alguien, casarse y sacarle todo el dinero”.”Vienen de fuera para robarnos nuestros empleos”. Y muchas cosas más que no quiero ni relatar. Y si, es cierto, que de todo hay en el mundo del señor, y que habrá algún emigrante delincuente, pero no más que españolitos que viven en nuestro país.
No hace falta recordar el caso Bretón, donde un individuo mataba a sus dos hijos, o el caso Marta del Castillo donde varios personajes mataron a una adolescente y siguen sin decir donde se encuentra el cadáver, o el caso de Sandra Palo, son ejemplos de muchas más cosas que pasan en nuestro país, con gente como tu y como yo, blanquitos de piel y pasaporte o DNI español.
Ni tampoco tengo que recordar, que muchos emigrantes trabajan en la cogida de cítricos porque hay mucho españolito que ni quiere estudiar, ni quiere doblar la espalda.
A veces, me pregunto, si toda esa gente racista se ha parado a pensar, que si un día estuvieran muriendo, ellos, o algún ser muy querido, porque necesitaran un pulmón, un riñón o un corazón y el único órgano viniesen de un afroamericano, marroquí o rumano, si no lo aceptarían por ser de una raza distinta a la suya… De verdad, me preocupa lo que se va a encontrar la mayoría de niños en este mundo cuando crezcan, me preocupa la herencia que les dejemos. Bajo la piel de un ser humano, hay lo mismo que tienes tu, hagamos un esfuerzo y no juzguemos a la gente tan a la ligera por un color de piel. No es justo.

Por cierto, hoy no es el día contra el racismo ni nada parecido, pero no creo que haga falta que haya un día para que todos seamos buenos y respetuosos.

martes, 10 de marzo de 2015

Esos días...

Todos tenemos días y días, incluso a veces semanas… Puede que alguien tenga hasta meses, pero a lo que voy.
Yo tengo uno de esos días, días de agobio, días en los que gritarías sin parar, días en los que me molesta todo, días en los que una (o varias) personas se te cruzan y por mas sonrisas que te hagan, lo único que quieres es perderlos de vista… ¿Soy yo acaso la única mortal que tengo esos días?
Bueno, yo estos días los tengo de normal una vez al mes, y no, no coincide con la menstruación mal pensados, aunque últimamente los tengo más espaciados (y gracias a Dios), pero hoy lo tengo y no me es nada grato, sobretodo porque sé que una vez más me tengo que morder la lengua y tragarme pensamientos para no cargarme la “armonía familiar” que intento que reine entre mi familia (la mía y la política).
No quiero entrar en muchos detalles aunque muchos de vosotros que me conocéis ya sabéis de que pie cojeo y de que es lo que me quejo. Pero es que hay veces –muchas más de las que me quejo- que no me siento libre, libre en cuanto a como vivir mi vida, libre en cuanto a hacer lo que me plazca, libre en no tener que estar dando explicaciones de mi día a día, y no, no me refiero a vivir una vida loca y dejar de lado a mi marido, gracias a que él no es así, y yo con él tengo confianza absoluta al igual que espero que la tiene conmigo y no tengo que decirle a donde estoy ni con quien ni nada… Me refiero a lo que nombraba antes: la “familia”.
Y es que soy muy joven, tengo una hija de tres años que empieza a querer hacer cosas, ir a sitios y estar con gente y yo, me muevo a través de ella, y a través de ella he conseguido amigas de maravilla, gente con la que echar unas risas, con las que hablar sin tabús, contarnos nuestras cosas de “madre y esposas entregadas” y lo último que me apetece es que me corten el rollo los abuelos, abuelos que necesitan como el aire ver a su nieta cada día, pero no veinte minutos, si no dos horas y que se quedan alrededor invadiendo (no quiero decir que lo hagan intencionadamente) tu intimidad y el momento en el que estas en compañía de las amigas que nombraba anteriormente y que tanto tiempo me ha costado encontrar tras vivir en esta ciudad que no es la mía y en la que durante tanto tiempo me he sentido tan extraña.
Y es que lo de los abuelos es tema delicado, porque… ¿cómo te enfrentas a ellos y dices las cosas sin hacer daño?¿cómo se aborda el tema para que todo siga con armonía y no se desencadene la guerra atómica? Yo, que he tenido a mis cuatro abuelos hasta bien mayor, sé la importancia de tener relación con estos, para mí los abuelos son pilar importante en la educación, crianza y vivencia de mi hija en este caso. Pero vamos, que todos tenemos días y días, y yo estoy en ese día que necesito mi trocito de espacio, en el que disfrutar y decir la grosería que quiera sin medir las palabras por lo que la familia pensará, en el que llegar a casa y ponerme el pijama y tirarme en el sofá sin quiero sin estar pendiente de la visita diaria. ¿Pido algo raro?

Y a todo esto no quiero sentirme mal, pensar que la estoy cagando, que voy a ser la manzana podrida o que mi familia va a saltar en mil pedazos. Sinceramente, creo que lo voy sobrellevando bien porque son ya muchos años, pero en días como hoy, de verdad, creo que voy a explotar y no quiero que ocurra… ¡¡AYUDA!!

martes, 3 de marzo de 2015

Cuestión de actitud.

Ayer por la mañana –fue lunes- me pasó una cosa muy curiosa, algo que me llamó la atención. Eran poco menos de las nueve de la mañana, y llevaba a mi hija al colegio, cuando de repente me crucé con un señor de más o menos mí edad que me dijo sin conocerlo de nada: Buenos días.
¡Vaya! Pensé. Me quedé un poco descolocada. Pues aunque es de buena educación saludar a las personas, hoy en día es raro que alguien a quien no conoces te salude. –Y más siendo lunes-. El caso, es que 200 metros más allá, me crucé con una señora y también me saludó con un “buenos días” que ya me hizo replantearme que algo raro ocurría.
Me paré al llegar al cole con Iris, y me chequeé delante del cristal de las puertas de la clase de mi hija, fue cuando entonces caí en la cuenta de que en mi cara de acelga, dibujada había una sonrisa, así, sin venir a cuento, allí estaba, un lunes por la mañana (perdonar que recalque lo del lunes tanto, pero es que no soy a la única persona del mundo que ese día se le hace un poquito cuesta arriba y me consta).
Y es que parece que poco a poco la vida me va cambiando, a mí, a la quejica que hace dos días lloraba por las esquinas, que si no tenía amigas, que si estaba gorda, que si me dolía la uña del dedo… Y de repente, el día que decides dejar de quejarte por todo, pues aparecen gente en tu vida que te hace sonreír, sentirte querida, que cuentan contigo, y esas personas se convierten poco a poco en confidentes, en amigas, en esas que tanto añorabas y te quejabas de que no tenías. Y coges y montas un “equipo” con ellas, y te apuntas al gimnasio (¡¡qué importante ha sido el gimnasio!!) y el hacer ejercicio, el moverte, te hace que estés de mejor humor… y decides, pues me pongo a dieta, si no para perder peso, para al menos comer como toca, dejar de picotear y estar más sana, y así, con una pieza tras otra, funciona un engranaje perfecto y todo parece mucho más fácil de afrontar y esa cara de acelga se convierte en una cara con sonrisa, y está claro que con una sonrisa todo es mucho más fácil….

¿OS apuntáis?

jueves, 26 de febrero de 2015

Semana atropellada….

Llevo una semana atropellada, estamos a jueves y me da la impresión de que lo tengo todo por hacer y de no acabar nada… ¿conocéis la sensación?
Ni siquiera he tenido tiempo para ponerme a escribir en el blog.
Yo no sé si es por estos vientos locos que nos hacen estar descentrados, la dieta que me hace perder reflejos además de kilos, el gym que hace que lleve una semana de “el ritmo no pare no pare no, el ritmo no pare…” o será este “caloret” que se va acercando de foc y flama que dice la Rita. Sea lo que sea llevo una semana de lo más atropellada, como que no me cunde nada.
Eso si, los ánimos están por las nubes… ¡¡y lo que me alegro!! Que es que ya me tocaba. Pero cansada un rato.
La verdad es que necesitaba este cambio en mi vida, el ponerme las pilas en serio y hacer algo con mi cuerpo y sobretodo con mi salud, y aquí estoy, que puedo decir que ya llevo cuatro semanas en el gym, y una a dieta y que aunque tengo mis momentos malos y hay veces que mi cerebro solo que me grita: ¡¡¡¡chocolateeeeee!!!, por ahora, como una campeona sigo aguantando y no cayendo en las tentaciones, que mira que haberlas haylas, jopeta.
También soy consciente de que me queda laaaargo camino y es que en una semana de 63.8 he bajado a 61.6, así que para llegar a los 55 que me encantaría pesar me queda mucho trabajo, pero estoy convencida de que poco a poco, siguiendo mi caminito de baldosas amarillas, conseguiré llegar a la meta.
Solo pido que la fuerza de voluntad y los ánimos no me fallen ahora y que vosotros, los que leéis mi blog tengáis paciencia, espero centrarme pronto y escribiendo algo que realmente valga la pena.
Besos.


martes, 17 de febrero de 2015

Sentirse querida.

Tengo 35 años, y a día de hoy…. ¡¡Como me sorprenden los humanos!!
Está bien eso de que la vida siga sorprendiéndote con el paso del tiempo, si ya no nos sorprendiéramos de nada este viaje sería muy aburrido, y hoy, traigo otro de mis descubrimientos.
(Redoble de tambores)
Me he dado cuenta de lo diferente que somos unos de otros -¡vaya descubrimiento!-, de lo diferentes que son las necesidades de cada persona, debido a su naturaleza, a su educación, carácter o carta astral si es que creéis en ella. (Yo ya os digo que no).
Y todo esto, lo que descubro, es porque estoy intentando conocerme a mí profundamente, quererme y aceptarme, porque con 35 años todavía tengo muchas carencias, sobre todo de mi misma hacía mi persona, y lo que quiero o aspiro a conseguir es una buena autoestima, un buen conocimiento de mi cuerpo tanto por dentro como por fuera y de que las cosas dejen de hacerme daño.
Para mí… ¡¡qué importante es sentirse querida!! Si, es algo fundamental en mi paso por este planeta. Reconozco lo mucho que necesito sentirme querida y lo poco que a veces lo siento –puede que equivocadamente- . No, necesito que me digan TE QUIERO  constantemente, ni si quiera necesito esas palabras, solo necesito la sensación, sentirte querida por la gente a la que tu quieres, por tu familia, por tus amigos, por tu pareja, por tus hijos…
Hay gente mucho más independiente, gente que no necesita sentirse ni querida ni aceptada, porque su carácter es de otro modo, porque con su amor propio ya tienen bastante o vete tú a saber… Yo no estoy en ese grupo. Estoy en el opuesto, no sé si es mejor o peor, pero ahí estoy yo, esperando de vez en cuando que tus amigos, a los que quieres, sean ellos los que te escriban un whassap (si que ya ni necesito que me llamen), para preguntarte como te encuentras tu, que hace tiempo que no saben de ti. O esperando a algún familiar diciéndote de quedar a merendar, a comer, a pasar un rato en tu compañía, o esperando que tu pareja, sin venir a cuento, un día te coja de la mano y te diga: menos mal que te tengo a mi lado. No sé, igual soy rara, pero yo necesito del cariño de la gente, necesito sentirme querida, y día a día, actúo con mi hija así, demostrándole que la quiero y lo importante que es para mí. Por que a veces te sientes sola y estar sola es muy malo…
¿Y vosotros? ¿Cómo sois? ¿Necesitáis que os diga que os quiero?

Feliz semana y besos.

jueves, 12 de febrero de 2015

San Valentín.

El sábado…. San Valentín.
Para muchos día comercial inventado por El Corte Inglés y similares, para mí un día con un poco de color en el pobre mes de febrero.
Febrero, que si, que es corto el mes y menos mal, porque si no fuera por San Valentín, ni chicha ni limoná. No tiene fiestas, es un mes frío (y el de este año no te digo “ná”) y no conozco a nadie allegado del que sea su cumpleaños ni soy fallera para ir a presentaciones, ni nada de nada, pero miras el calendario y dices: ¡Anda! Pero es San Valentín.
Que luego llega el día y es como otro día más, le das un besito a tu pareja -porque la época de regalitos sorpresas y postales de amor ya pasó al olvido- y si cae como este año, sábado, pues aprovechas, sales a cenar y todos tan contentos. Pero a mí me mola, me mola el rollo de salir a la calle y ver los escaparates todos repletos de corazones, de poner la radío y escuchar canciones de amor o en la tele encontrarte con “Dirty Dancing”, “Pretty Woman” o cualquier otro pastelón de película que nos hace llorar la mar de a gusto.
Reconozco que si no tienes pareja –y lo sé por experiencia propia- es una putada, todo lleno de parejas comiéndose la cara, diciéndose cosas empalagosas como “Xurri”, “osito” o “cari”, pero desde la distancia, con el tiempo, me he querido yo misma imaginar, que San Valentín no solo es para enamorados de su pareja, sino para enamorados de cualquier forma, de la vida, de tus amigos, de la familia… ( si, si, los sin parejas pensando : que tía más puta esta…)Y yo, con solo que se respire un poco de amor en el ambiente y olvidar un poco todo lo malo de las noticias, ya me doy por satisfecha.
Es momento de sacar a relucir esos “Te quiero” que tanto nos cuesta expresar a nuestras familias, a nuestros padres, amigos… Si el otro día me quejaba de lo poco que llora la gente hoy me quejo de lo poco que decimos “Te quiero” a la gente que nos importa…¡¡qué mal enseñados estamos!! Igual lo infravaloramos diciendo “te quiero” a gente que conocemos de dos días, y a esas personas que se han pasado la vida a nuestro lado, nos da vergüenza y nos los callamos. ¡¡Ahora es el momento!! Hay que decir TE QUIERO alto y claro, porque puede ser que algún día se haga tarde y te quedes con un TE QUIERO guardado en el alma y sin haber salido jamás.
Así que si San Valentín es el mejor momento para hacerlo: Bendito día comercial inventado por el Corte Inglés.

¡¡Muero de amor!!

martes, 10 de febrero de 2015

Lagrimas

Cuando pasas mucho tiempo con niños pequeños te das cuenta la facilidad que tienen para algunas cosas, por ejemplo para llorar.
Lloran por cualquier cosa, es algo asombroso, por una rabieta, un enfado, porque tienen sueño, porque tienen hambre… de repente hay están sus caritas mojadas llenas de lagrimas que no dejan de rebosar por los ojos.
Y me paro a pensar y de repente caigo en lo poquito que lloramos los adultos, de normal no vemos a nadie llorando si no es por algo realmente grave, y en ocasiones ni eso, los adultos y si son hombres peor, no lloran ni en los entierros… parece que esté como mal visto. ¡Menuda tontería!
Yo, la verdad es que soy llorona, pero lloro porque me emociono con las cosas, con una simple canción, con una película, cuando veo a mi hija  lo rápido que está creciendo y me sorprende. Pero es verdad que cada vez lloro menos.
Antes, si discutía con alguien –no, no es que yo sea discutidora, pero peleas tontas con amigos, novios o familiares todos tenemos- acababa llorando, más que nada por no dejarme nada dentro, sobretodo ese nudo que te oprime dentro y parece que te vaya a dejar de un momento a otro sin respiración. Lloraba por la rabia, en la reconciliación, etc. La cuestión era soltar la adrenalina creada, limpiar el alma, tirarlo todo fuera, quedarse en paz…
Ahora, me cuesta cada vez más, y es por eso, porque parece que está mal mirado llorar, a mí todavía se me burlan si voy al cine y lloro con un simple tráiler, no te digo ya si es con la película, que todavía recuerdo como me miraba la gente cuando acabó la película Titanic y yo seguía con el moco tendido. Pero sinceramente, creo que llorar el bueno, no creo que los niños tengan facilidad de llorar por nada, creo que es algo más de lo que no deberíamos perder con el paso del tiempo, el llorar, ojalá siempre fuera por alegría, pero llorar por la muerte de un ser querido es normal y si ni en esos momentos lloramos… yo creo que es para crear una enfermedad, ese cumulo de cosas guardadas en el interior, igual el origen de muchos males.

¿No creéis que los niños son tan puros por esa razón? Lloran y limpian el alma constantemente. No, llorar no es de débiles, es de inteligentes…

lunes, 2 de febrero de 2015

“Nasío para…”

¿Os acordáis de aquella frase de “Nasío para…? Yo hoy, la llevo recordando todo el día.
Hoy, tras mucho pensarlo y poco hacerme el ánimo, después de “convollar-me” con dos chicas más, he empezado el gym. Ya se sabe, los propósitos que te hagas para año nuevo, hasta febrero no pasan a la acción… Bueno, es verdad, me lo he sacado del bolsillo este dicho, pero hay mucha gente –yo la primera- que nos proponemos cosas nuevas a principios de año y a finales no solo no los hemos llevado a cabo, si no que han ido a peor, los propósitos digo.
Léase ejemplo mío en particular:
Enero 2014: 61 kilos. Propósito: Este año adelgazo, por lo menos 5 kilos, este año si que si.
Enero 2015: 63 kilos. El propósito ha naufragado como el Titanic e iceberg y todo que se ha comido una este año.
Pues nada, que hoy, para empezar, pues nada de ñoñerías oiga, clase de aero-step, que viene siendo una mezcla de aerobic y steep mezclado, que yo resumiría como: dar saltos y cruzar las piernas a la velocidad de la luz sin tropezar mientras subes y bajas el steep. Vamos, algo como una danza diabólica que se te mete en el cuerpo o que estás prendida en llamas o con un millón de chinches y te tienes que mover a mil por hora para así estar bien y poder seguir el ritmo de la clase. (MISIÓN IMPOSIBLE PARA MI, VAMOS).
Y de ahí el pensamiento de “Nasío para…” Para la alegría cantaban los Estopas, para la siesta dice mi cuñada que ha nacido mi sobrino, pero una… una no ha “NASÍO PARA EL DEPORTE”. La verdad es que la profesora, que nada más entrar ya nos ha preguntado a las nuevas y tal, hoy se ha ensañado y yo creo que ha pensado: “OS VAIS A CAGAR”. Aunque sinceramente, creo que ha pensado, si con la clase de hoy vuelven, eso va a ser que si tienen interés, y yo, aunque me cueste la vida, voy a ir aunque las agujetas me digan: NOOOO VERÓNICA!! RESISTE!!, NO VUELVAS AL INFIERNO!!.
Así que con el propósito de cambiar mi “Nasía para el sofá” voy a seguir para poder llegar al menos a “nasía para llevar una vida más activa y sentirse un pelín más a gusto consigo misma”.
PERO, también os voy a decir algo: ¡¡¡QUÉ HAMBRE DA EL DEPORTE “QUILLA!!! Que ya me he zampado todas las galletas de chocolate de la despensa.

... Mal me lo estoy pensando.

Besos.


martes, 27 de enero de 2015

¿Y vosotros? ¿De qué color seriáis?

Tras el medidor de cariño… ¿qué os parecería un “conocedor de caracteres”?
Hay veces que creo que la gente te causa dolor o un daño porque realmente no nos conocen, no creo que sea por el mero echo de fastidiar, pero es que conocer realmente a una persona siempre es tarea difícil… ¿Conocéis a alguien al 100 %? Yo no, porque siempre hay alguien que te acaba sorprendiendo, y eso está bien, mola, porque si no la vida sería muy aburrida, pero a veces las sorpresas también pueden ser negativas, porque como una tómbola, esto es así, te puede salir premio o no…
Hoy, tras un par de días bastante tristes, vengo un poco más relajada pero con un sentimiento de duelo que no sé como explicar. Pues la sorpresa que me he encontrado ha sido de esas que ponen “SIGA JUGANDO”, o lo que es lo mismo: DECEPCION AL CANTO.
Por eso me encantaría tener el “conocedor de caracteres”, por saber como es la persona que tienes enfrente y saber como comportarte con ella sin miedo a que luego te lleves un chasco. Sería algo como una luz, si, imaginación al poder, pero me lo imagino como, ir por la calle paseando y te cruzas con una persona que en el pecho irradia una luz roja (por ejemplo) y ya sabrías que esa persona es: apasionada, irritable con facilidad, con carácter fuerte, confiada, extrovertida o lo que fuera y que le vaya al rojo.
La mía creo que sería violeta y la podría describir con: frágil, introvertida al principio, confiada después, sentimental, dispuesta a ayudar a todo el mundo y a agradar, sensible, con falta de cariño pero luchadora, amiga de sus amigos, familiar, con una autoestima frágil, ganas de aprender siempre, carácter a veces deprimible… Etc. ¿No creéis que sería más fácil para todos? Igual perderíamos el “factor sorpresa” pero también nos evitaríamos algún desengaño.
Yo, ayer concretamente, me llevé otro de una persona a la que quiero y que me gustaría ya poder decir que quería, pero no vamos a ser hipócritas, nadie deja de ser amado para pasar a ser odiado en dos milésimas de segundo, pero reconozco, que su desfachatez ya está haciendo mella en mí y desde luego, todos, en algún momento de la vida nos cansamos de ser o hacernos el tonto. Pero tener a una persona como amiga, y que en un momento dado, por cubrirse las espaldas y no quedar mal con otras personas y no buscarse una situación incomoda para si mismo, dejar de incluso saludarme… ¿qué queréis que os diga? Para mí un amigo es sagrado, y si eres amigo lo eres aquí o en Lima, y si tu tienes amigos con los que yo simplemente no conecto pero te veo con ellos un día, te saludaré igualmente, porque eres mi amigo y has estado ahí si me ha hecho falta y el resto me importa un pepino. A mí, realmente este desplante me ha dejado tocada… muy tocada, pero en fin, de decepciones peores hemos salido y nos hemos recuperado, esto no va a ser el final del mundo, lo que pasa es que como es normal, hay que pasar un periodo de duelo y siento tener que compartirlo con vosotros.
Espero que la próxima entrada sea mucho más feliz y amable. Seguiré buscando “aparatejos” de estos inventados por el mercado…

Besitos.

miércoles, 21 de enero de 2015

Cosas que avergüenzan...

Hay cosas, que con 35 años empiezan a escandalizarme cuando antes esto no me ocurría… Supongo que el hecho de ser madre hace que en ciertas cosas el “chip” se cambie, tomas otras responsabilidades, te pones en el lugar de tus padres y entiendes cosas que antes creías descabelladas. No os daré ningún ejemplo pero es así.
Luego, hay otras cosas que me escandalizan desde siempre y de sobremanera, y encima hacen que me cabree mucho y cuando digo mucho es mucho, lo siento, una no tiene punto medio ni medias tintas, es ver algo que no me gusta y ya me tuerzo todo el día. Y eso me ha pasado hoy.
Os informaré, antes de que sigáis leyendo, que yo no soy vegetariana, como de todo, y mi “ligero sobrepeso” como el IMC indica, ya lo dice todo, pero que yo consuma productos cárnicos, o de pescado, o el simple echo de que tenga en casa dos acuarios y en camino el tercero, no hace que me sienta muy mal al leer noticias como la que esta mañana ha aparecido en mi facebook.
Resulta, que unos personajes –si, es la palabra más fina y menos mal sonante que tengo para referirme a esa gente- han cogido a un pobre perro, lo han rodeado de fuegos de artificio y sin más lo han hecho explotar como si de una bomba se tratase, solo por el echo de tener una “diversión” (perdonar pero yo la diversión no la encuentro por ningún lado ni siendo descerebrada), y encima, a esos tipejos les ha caído un castigo de lo más suave…
Pero vamos a ver, que no quiero ser mal hablada ni escribir mal, pero mi esfuerzo me está costando… ¿este tipo de personajes de que coñ.. …va?, En serio, es que no me entra en la cabeza, no entiendo como la gente puede maltratar de esa manera a un ser vivo, de cómo matan a animales sin ton ni son por echarse unas macabras risotadas, que no entiendo a la gente que tratan a los animales como si fuesen trozos de trapo, y no lo voy a entender nunca. Hay animales que tienen más conocimiento que cierta gente que pulula por el mundo, y no me explico como la sociedad gira la cara o baja la mirada ante estos hechos o no le dan la importancia que se merecen.

Por si no lo habéis leído, el otro día, en Rusia, una gata callejera, salvó a una bebé de morir congelada, y casos de animales que han salvado a humanos hay a mogollón. Que vergüenza de herencia les estamos dejando a nuestros hijos, me siento avergonzada realmente de estas acciones que solo los seres humano somos capaces de hacer con nuestras manos, espero que esas personas, tengan en algún momento de sus vidas la recompensa que merecen porque no merecen nada más que sufrimiento y dolor, y os prometo que yo, soy de las personas que no desea el mal a nadie, pero en estos casos… Disculpadme.



martes, 20 de enero de 2015

El día más triste del año...

Ayer, según alguien que no tenía más trabajo que inventar cosas sin sentido, fue el día más triste del año. Y yo, hoy me he levantado rebelde y ya iba a reivindicar el por qué de un día triste y no uno alegre... Por suerte, antes de lanzar el grito al cielo, he consultado a el "Señor Sabio Sabelotodo" -léase Google- y resulta que según otro alguien, si que hay día más feliz del año, el segundo sábado de agosto, para más inri... y lejos nos queda todavía, pero claro, una que como anteriormente he dicho, se ha levantado hoy rebelde, pues no está conforme... 
A mí lo de los días estos me parece una chorrada, para mí ayer no fue un día triste, no fue como para tirar cohetes al aire, pero vamos, estuvo bien. Y seguramente el segundo sábado de agosto, no será el día más feliz del año, pero tampoco estará mal... (hay que ser positivos, oiga).
Lo que a mí me parece, es que la gente, nos fijamos más en esas cosas negativas o que no nos agradan y les damos muuuucha importancia, y a las positivas, no les prestamos atención, porque nos parecen más insignificantes. Y no sé porque, ni quien nos educó así, pero yo estoy dispuesta a darle la vuelta, a cambiar el rol y a ensalzar las cosas buenas... ¿Qué me decís? Ejemplo varios tengo a mogollón, poneros en situación:
MODO NEGATIVO:
1.AYER LUNES:
"Puuuufff, es lunes, hace un frío del copón, me toca madrugar, llevar a la nena al cole, encima llueve, no me apetece salir de casa, luego a la tarde estaré encerrada sin poder salir, con lo larga que es la tarde, y no hacen nada en la tele, la nena se va a poner insoportable, esto es una caca de la vaca, etc..."
MODO POSITIVO:
1. AYER LUNES:
" Empieza otra semana!!!, qué frío hace, voy a ponerme esa chaquetita tan caliente que me mola mucho, llevo a la nena al cole, charlo un poco con las mamás, a ver que tal el finde y la nena vuelve a ver a sus amigos para contarles lo que hemos echo. Hoy no podremos salir de casa con este día, pues nos vamos a casa de la abuela, merendamos y que juegue la nena con sus iaios un rato y ya no está encerrada en casa, tertuliamos, nos hacemos una infusión calentita que con este día apetece y mañana más"
MODO NEGATIVO:
2. He pisado un charco y me ha entrado agua en la zapatilla, tengo el pie helado.
MODO POSITIVO:
2. Mira, por fin se van las zapatillas a lavar, que ya hacía tiempo y hoy me pongo las botas y estreno paraguas.

Son tonterías, pero si damos más importancia a las cosas buenas, por pequeñas que sean y a las malas las vamos dejando de lado, al final la vida tendrá otro sentido y seremos más felices. Entonces desaparecerá ese día triste marcado así en el calendario y el feliz ya no será el segundo sábado de agosto, sino cada uno de nuestros días.

¿Lo intentáis conmigo? Está claro que no va a ser coser y cantar, pero ojo, que Roma no se hizo en dos días, y mírala, ahí está... Como la Puerta de Alcalá... Jajaja. 

Besos.

viernes, 16 de enero de 2015

El medidor del cariño.

Llevo días pensando y he llegado a una conlusión: QUIERO UN REGALO.
Así es, quiero un regalo algo especial, y por desgracia no está cerca ni mi cumpleaños, ni mi santo y ya ha pasado el día de navidad.
De todos modos, el regalo que quiero tampoco sé donde lo pueden comercializar, porque ya he comentado que es un poco especial, tan tan especial que ni tiene nombre, por eso lo he bautizado yo misma y lo he denominado: EL MEDIDOR DEL CARIÑO.
Bueno, igual el nombre no es muy comercial, pero seguro que a alguno de vosotros también os haría papel cuando os explique sus prestaciones.
El medidor del cariño es para gente básicamente como yo, gente que se encariña pronto con gente a la que apenas conoce. Si, me explico: A veces, esta que escribe, de buena es tonta y cuando conoce a alguien y se crea una minima relación cordial, pues se encariña y ya se cree que todo el monte es orégano. Claro, luego así nos va.
Supongo que este carácter que me ha dado Dios y que yo me he encargado de acrecentar, me hace que no sea muy dada a hacer amistades con facilidad, a no conocer gente habitualmente, y luego cuando "aparece" alguien en mi vida que me da un poco de conversación, yo ya lo "adopto" como amigo/a para toda la vida. Me ha pasado con mi peluquera -que ya aparece en tres entradas de mi blog si no recuerdo mal y ya debe estar de mi hasta el chichi de lo famosa que se va a hacer-, me ocurre con la tendera, con las mamis del cole de mi hija y me ocurre con todo Dios. Lo malo es que claro, tu ya lo/la has adoptado como amigo/a para toda la vida pero no siempre ocurre así por el lado contrario, y es algo TOTALMENTE NORMAL. Lo anormal es lo mío, y lo sé.
Por eso quiero el medidor del cariño, para medir lo que el resto de gente puede llegar a sentir por mí, porque a veces, de buena eres tonta, y esas personas que para ti se vuelven gente que aprecias, para ellos simplemente eres una tipa que pasaba por allí y en ocasiones se aprovechan de la situación. 
Ejemplo: La tendera se muestra agradable y amigable porque vas allí a comprar sus productos, hablas con ella y tal, pero si dejas de ir y te la encuentras en la calle, pues ya no es tan amigable y entonces piensas: NORMAL, ELLA SOLO ME QUIERE POR QUE LE COMPRE, NO POR QUE SEA SU AMIGA. 
Y ojo, que esto no me pasa con todas, que tengo a mi peluquera que es un amor y no solo aprecia de mí que vaya a cortarme el pelo, y tengo a mi tendera repostera Susana, que cuando voy me trata con cariño y si me ve por la calle también es un bombón de persona... ¡¡y encima ha descubierto mi blog hace poco!! (Un saludo Susana!!) Pero que si, que a veces la gente se aprovecha de tus buenos sentimientos para sacarte todo lo que pueda y más...
Así que o cambio yo a la hora de encariñarme y querer dar todo de mí o... me compro un medidor de cariño para saber quien me quiere por lo que soy o por lo que tengo.

* (Comidas de tarro de viernes grises que le dan a una por pensar cosas en ocasiones sin mucho sentido y ganas de eso, comerse el tarro básicamente). 

Besos.

miércoles, 14 de enero de 2015

Las tres dimensiones del tinte.

Hoy he roto la "barrera del color", si señores y señoras, así he llamado a una de mis nuevas aventuras... Cosas que hace una cuando su peluquera está de baja maternal y esa misma una (ósea, yo), no se puede estar quietecita con las manos... ¡¡Chantal regresa ya!! 
En fin, a lo que iba, a la barrera del color. Una, es atrevida, aventurera, nació para el riesgo -juas, juas, juas- y después de que su peluquera le pusiera un monísimo color rojo de pelo, arriesgado e innovador, la peluquera parió y cogió su baja para cuidar de su preciosa criatura. Pero mi pelo pues claro, siguió su camino, creció, lo lavé diversas, varias, muchas veces y el color rojo preciosísimo se fue transformando en anaranjado feo, así que la aventurera de mí, se fue a una tienda de productos de peluquería y aconsejada por la dependienta me teñí el color más parecido que había al rojo que mi amada peluquera me tiñó... No quedó mal, nada mal, pero la historia se repitió y con los lavados y la raíz el rojo se marchó...
Segundo intento: una vez más en otra tienda de productos de peluquería -diferente a la primera, así soy yo de constante- me dan otro rojo super parecido al rojo divino de la muerte, y el intento me satisface de nuevo. Dos veces, la tercera estaba por llegar y todo no siempre puede salir bien.
El rojo es muy bonito pero a mí me aguanta tres asaltos, así que harta de ver mi pelo panoja me voy al super y me hago con un rojo violín que este seguro que me aguanta más, ya verás, porque es más oscuro y ya hasta que no vuelva mi peluquera ya no me tiño más... ¡¡ja-ja-ja- bonita!!.
Me tiño en casa y cuando me miró en el espejo encuentro a una tipa con mi cara y el pelo negro azabache, que es lo que me faltaba, para mi cara blanca de acelga, que me hace parecer enferma...¡¡horror!! No me gusta nada de nada, pero en fin, lo aguantaré cuanto pueda.
Mi subconsciente, que en ocasiones es muy puto, me dice en voz bajita día si, día también: "no me gusta, no me gusta, cambiatelo, venga..." Y yo que a fuerza de voluntad me gana hasta una hormiga, me meto en internet e investigo y por fin encuentro: ¡¡PRODUCTO INNOVADOR EN ESPAÑA!! Un quita-tinte, que te quita todo el tinte acumulado y vuelves a tu color verdadero de pelo, yo, que desde los 18 no he visto cual es mi color natural y ya ni me acuerdo. DE VENTA SOLO EN HIPERCOR. ¡pues pa' allá que me voy!!... Tonterías a mí ninguna... Y toda chula pues hoy que me lo pongo.
RESULTADO: He descubierto que mi color de pelo natural es...RUBIO!! Con mis cejas marrones de toda la vida, y pelo rubio... Madre mía, que aprensión al mirarme en el espejo, susto ha sido poco.
Y una se pregunta... ¿pero como cojones voy a salir así a la calle? ¿Y como llevo yo mañana a mi hija al cole? Pues corriendo, en el amparo de la noche (gracias invierno por a las siete de la tarde ser ya de noche), me he ido corriendo al super -si, otra vez- y me he comprado un castaño claro que ahora me veo y soy ya por fin yo, la yo de siempre, la de toda la vida... Así que nada, después de la fase tres dimensiones en color de tinte para el pelo en el que el mismo día he sido morena, rubia y castaña... Manitas quedaros ya quietas que la peluquera está a punto de volver al curro y ya si eso, ella que te arregle el "percal".
Ahora me río pero os juro que hace dos horas estaba a punto del llanto.
Saludos amigos.

jueves, 8 de enero de 2015

Nuevo año y "clicks" para todos.

¡Feliz año lectores!
Este año parece que me haya costado “arrancar”, nada más lejos de la realidad, los constantes “problemas técnicos” han hecho que retarde esta entrada que lleva fraguándose desde hace días… pero bueno, no voy a detenerme en estos “sinsabores” y los dejaré atrás para centrarme en lo realmente importante.
¿Qué tal fue la salida del año viejo? ¿Y la entrada al nuevo? La mía fue espectacular, y si os preguntáis la razón o creéis que me tocó la lotería de Navidad o me fui de fiesta de fin de año, os responderé que os equivocáis, nada de eso. Mi noche vieja fue de lo más normalita, mi familia (marido e hija) y yo solos, eso sí, en un precioso dúplex en la maravillosa (y fría) ciudad de Zaragoza.
A lo que me refiero con espectacular es a lo que me ha traído el nuevo año gracias a hacer ¡click! Os explico: todo comienza en uno de los paseos que dimos uno de los cuatro días en los que permanecimos en la capital maña. Fue una mañana muy fría en la que aprovechamos que nos salió al paso una librería y decidimos entrar para resguardarnos un poco y echar un vistazo a esas joyas de papel y hermosas ilustraciones. Uno de los libros que se me quedó “pegado” en las manos fue el de la autora María Corbacho “¡Haz click y vive sano!” Los que me conocéis, ya sabréis de mi obsesión por querer adelgazar y de mi poca constancia en querer seguir una rutina por abrigo de la casa,  con la tranquilidad necesaria me sumergí de lleno en sus páginas y me decidí a activar mi propio ¡click!
No ha sido un click radical, ha sido un click que se lleva gestando desde aquel momento y que no solo incluye el echo de vivir sano. En uno de esos clicks, he decidido dejar de preocuparme por lo que no tiene sentido hacerlo, por la gente a la que le da igual si yo me preocupo o no, y no me refiero a desconocidos de la calle, me refiero a gente cercana, familia y amigos… Por que como dice aquel dicho tan sabio: Quien te quiere te busca. Y no hace falta que sea yo la que busque continuamente. Ejemplos: durante dos años, he intentado mover para juntarme por navidad con primos y tíos y hacer una comida para no perder el contacto más de lo que ya está perdido, este año decidí sentarme y esperar, por supuesto me he quedado esperando, por suerte sentada como os he dicho. También he hecho click con esos amigos que por detrás te apuñalan, y te ponen a caldo, no quiero gente tóxica en mi vida, los amigos están para ayudarse, para respetarse, para divertirse… así que esa gente que está solo para fastidiar a los demás me sobran, no los quiero, no me aportan más que mal humor y es algo de lo que ya ando sobrada, gracias.
Y he decidido hacer click respecto a mi persona también, me he cansado de mi cara de acelga, he decidido mirarme en el espejo, ver realmente lo que soy y en que me he convertido, he aceptado que mi cuerpo es mi vivienda y mi salud lo más importante, así que he empezado a comer sano, he retomado el salir a correr, el querer adelgazar seria y sanamente, y convertirme en quien quiero ser. Perdonarme, quererme y aceptarme. Por ahora estoy fuerte y espero que esa fortaleza me acompañe durante toda la vida… ¿Y vosotros? ¿Os apuntáis al click?