martes, 23 de diciembre de 2014

Triunfaré

TRIUNFARÉ.

No me gusta la gente que opina sin saber, esos que van de listos, de que están de vuelta de todo, que se las dan de “mandamases” y que se creen que viven por encima del bien y del mal. Además de que por mucho que quieras que vean gris el negro, se niegan en rotundo porque tus opiniones son las de alguien que, en su opinión no les llega a la suela de los zapatos.
Me enfrento a gente casi cada día, tal y como seguramente a alguno de vosotros os pase también, que se creen los reyes del mambo por vivir de una forma más acomodada que la tuya, por tener un empleo mejor que el tuyo, por vestir con ropa de marca o por llevar un coche de alta gama. Señores, señoras, jovencitos y jovencitas, vinimos desnudos al mundo y te irás en una caja de pino al igual que yo y que los demás, así que fuera de prejuicios y de creerse superior unos a otros por tener la cartera más llena que otro, una carrera, o porque tu señor marido o señora esposa tenga un negocio o un empleo en el que a fin de mes rebase los dos mil euros.
Y es que yo no tengo una carrera, no soy ni abogada, ni maestra, ni doctora, no trabajo actualmente porque entre otras cosas ya es muy difícil encontrar a mis 35 años un empleo y más sin estudios acordes o experiencia. (Ni tampoco soy guapa ni estoy buena). Mi marido es un pobre señor que hace más horas que un reloj con las manos llenas de grasa para que a mi hija y a mí no nos falte de nada y que en verano pasemos 15 días en un camping sin necesidad de viajar a Punta Cana, Tokio o Berlín. Y vivo en un piso de 90 metros cuadrados en una finca de VPO y viajo con un coche de marca sueca… Pero no por ello, soy menos culta, tengo menos luces o valgo menos que quien va todos los días con el pelo de peluquería, ropa bonita, zapatos de tacón y con una carrera que nunca ha ejercido y va de “original” cuando yo –que me muevo mucho por internet, leo muchos blogs, etc.- veo que es una copia más de este sistema en el que parece que queramos ser todos borregos que tenemos que ir igual que fulanito y menganito.
Si, amigo –mi entrada va dedicada a un hombre en este caso que a veces ofende sin saber, aunque jamás leerá esta historia-, quizás yo no esté a la altura, quizás no vaya a ganar un Nobel en literatura porque mi forma de escribir no sea concordante, ni adecuada, quizás no gane un premio de repostería porque mis tartas no sean espectaculares, ni de belleza por que no soy guapa ni delgada, pero seguro que a original y buena persona, y además bastante más prudente que tu, me llevo el premio. Porque como decía hoy: “Aún no he descubierto en que soy realmente buena para triunfar, pero tarde o temprano lo sabré y ten por supuesto que triunfaré”.

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